El Café Filosófico es la principal de las prácticas que el equipo de Filosofía en la Ciudad lleva a cabo, animando un promedio de 450 Cafés Filosóficos al año. Actualmente Filosofía en la Ciudad mantiene más de 10 Cafés Filosóficos activos en la Ciudad de México animados por diferentes personas, de diferentes edades y de diferentes disciplinas de especialización.
¿Qué es un Café Filosófico?
Definir con precisión en qué consiste la práctica del café filosófico ha sido una de las difíciles e inacabadas misiones que el equipo de Filosofía en la Ciudad ha intentado llevar a cabo a lo largo de más de 7 años de trayectoria.
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Al ser una práctica tan diversa y plural, es difícil llegar a un consenso. Pero en lo general, hay algunas cosas en las que estamos de acuerdo: el café filosófico es un espacio abierto y respetuoso para una conversación filosófica cotidiana a la vez que rigurosa.
¿Cómo se hace un café filosófico?
Una pregunta filosófica es lo que la da título y ocasión a cada una de las sesiones de Café Filosófico: ¿se puede perdonar una traición?, ¿el chisme es una forma de conocimiento?, ¿los sabores se inventan o se descubren?. En realidad cualquier excusa es buena para filosofar.
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Una persona es la encargada de, además de administrar las participaciones, animar a los participantes (o como les llamamos cariñosamente, los cafépensadores) a responder esta y otras preguntas que surgen durante el diálogo.
El animador o animadora además problematiza las participaciones de los cafépensadores: encuentra huecos argumentales que hace notar para pensar en ellos, produce nuevas preguntas a partir de las respuestas dadas que presentan nuevas maneras de pensar el mismo problema, clarifica las participaciones que no son del todo claras, e incluso complementa algunas participaciones con algún recurso.
La conversación se nutre de las perspectivas, experiencias y conocimientos de todas las personas involucradas. El esfuerzo colectivo está puesto en resolver el problema que plantea la pregunta principal, pero que se ha complejizado a medida que se trata de darle respuesta.
En muchas ocasiones la pregunta principal ni siquiera es resuelta, dejando evidente que, un problema cotidiano no solo tiene una complejidad filosófica profunda, sino que además, cualquiera es susceptible de explorarlo y enriquecer lo que se piensa de ello.
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En definitiva, el Café Filosófico es el área de especialización de Filosofía en la Ciudad. Varios años de investigación han llevado al equipo a perfeccionar no solo la técnica, sino también a enriquecer la pluralidad de la práctica misma.
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¿Y qué tiene de filosófico este café?
Esta es una pregunta que aparece con frecuencia cuando uno dice que ha ido a un Café Filosófico o que va a animar uno un lunes por la noche. Pensamos que la dimensión filosófica está en diferentes aspectos de lo que ocurre en al café:
El espacio: algunos miembros de Filosofía en la Ciudad piensan que el espacio filosófico es lo que le da su apellido al café. Es decir, puede o no ocurrir un pensamiento filosófico, pero lo importante es que se disponga un espacio para que ello ocurra. Así como el cuarto de baño dispone de elementos para un uso específico, aunque podemos o no utilizarlo para ese fin.
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La pregunta: otros piensan que la naturaleza de las preguntas es lo que orienta la conversación hacia un esfuerzo filosófico. Es decir, no se trata de una charla cualquiera, sino que se convierte en una charla filosófica debido a que los temas de los que se habla son cuestiones que interesan a la filosofía.
La intención: algunos más piensan que la intención de los y las participantes por resolver un problema cotidiano es lo que convierte los esfuerzos en un ejercicio filosófico. Es decir, lo que vuelve filosófico al café es que se filosofa: se piensa rigurosa y ordenadamente, alimentados por la curiosidad, para dar respuesta a una incógnita.
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Desde Filosofía en la Ciudad defendemos la pluralidad del pensamiento, por lo que concedemos que ni la práctica ni la dimensión filosófica del Café Filosófico son estandarizados, sino dinámicos, propensos al cambio y prestos a la apropiación.