Convivir con los muertos

Octubre ha comenzado y ha traído consigo el otoño; todo lo que había florecido durante la primavera parece estar destinado a perecer en esta época, los días cada vez duran menos y el sol ya no calienta de la misma forma, el día de muertos, está cerca. Es inevitable no sentir el ambiente frío y lúgubre, probablemente así me sentiría si estuviera dentro de una cripta, pero no es así, no estoy dentro de una, y dudo que la cercanía que siento con los muertos tenga algo que ver solo con las fechas.

Desde hace cientos de años, en esta latitud hemos pensado a la muerte de forma peculiar, la hemos visto como algo festivo porque establecimos un día para recordar a nuestros muertos, pensamos que nos visitan y que pueden estar entre nosotros durante algunas horas, todo esto es atractivo, y más cuando observamos las flores con sus intensos colores, probamos el dulce sabor de un pan de muerto o sentimos el calor de las velas que iluminan el camino a nuestros familiares en su trayecto desde el “más allá”, pero, confieso que a pesar ser una de mis fechas favoritas, el día de muertos ya no es el único día en que los mexicanos andamos entre ellos.

Ayer ejecutaron a mi vecino, vivía en el edificio de enfrente, las malas lenguas dijeron que era vendedor de droga, como si eso fuera suficiente para justificar la muerte de una persona. Por la noche, al llegar a mi casa lo vi, estaba cubierto con una tela blanca, alrededor de él había velas y muchas personas, a pesar de que el área estaba acordonada, todos convivían con un muerto. Al día siguiente busqué en las noticias, quería saber qué había pasado y me sorprendió que antes de llegar a la nota del fallecimiento de mi vecino, encontré más respecto a linchamientos y ejecuciones, ajustes de cuentas entre cárteles de droga, asaltos, feminicidios, crímenes pasionales o accidentes. En ese momento lo noté, estamos conviviendo a diario con vivos sentenciados a muerte, no es el mes, tampoco el clima, ni mucho menos la festividad, la cercanía con la muerte radica en la violencia, la desigualdad, la inseguridad que a diario están en cada esquina, en cada barrio y en cada estado, creciendo y acechando a los vivos.

 

Lybni Aceves

AMOR

¿Qué es el amor? Es difícil definirlo, sin embargo, creo que es más fácil describirlo o pensar en las cosas que relacionamos a el, es decir, ¿Quién no se ha enamorado? ¿Quién no ha hecho cosas por amor?

El amor se siente cuando caminas de la mano con alguien que te gusta. Cuando sonríes sin un motivo aparente. Cuando empiezas a hacer cosas que no hacías antes. Cuando sientes mariposas en el estómago. Cuando escuchas Como fue de Beny Moré y se te acelera el corazón. Cuando ves el mundo y ya no te parece tan malo.

El amor es cuando encuentras eso que creíste haber perdido, aunque a veces, también te hace perder cosas.

El amor es correr por la playa mientras bromeas con alguien para después caer recostados en la arena y al mirarse a los ojos, saber que todo está y estará bien. Se siente en tu comida favorita, cuando hablas con tus amigos cualquier tontería, cuando abrazas a tu familia o cuando al entrar a casa te recibe tu mascota.
El amor se siente cuando en tus notificaciones puedes leer mensajes como los siguientes: “Te extraño, muero por verte…” “Gracias por hoy, fue un día lindísimo” “Me quedaría aquí para siempre…” “Te amo…”
El amor es dedicar canciones, poemas, lagrimas, suspiros, desveladas, gritos, risas y sonrisas.

Tu, ¿Cómo sientes el amor?